En 1879, el gobierno español en Puerto Rico encomendó al Teniente de Navío Indalecio Núñez Zuloaga, el ir a examinar los depósitos de guanos existente en aquella época en isla de Mona. Él estudió los pescadores de aquel litoral de la Mona, en como pescaban el carey y otros peces.
Entre las actividades que vio de la gente que estaba en esa isla, cuando él estuvo, fue la llegada temporera de un capitán de la Marina Mercante Francesa, buscando el lugar donde unos piratas habían guardado un valioso botín.
Según Núñez, este capitán trato de atravesar la meseta superior o llanura, como Él lo describe, pero desistió de la idea por la diversidad de peligros al que Él se enfrentó.
(Diccionario Enciclopédico Hispanoamericano, William M. Jackson, pág. 291)
Un paraíso con sus peligros
Para los que no conocen de la Mona, esta isla posee diversidad de bellezas naturales, así como, peligros que cualquier explorador puede enfrentar si no toma las debidas precauciones antes de salir a explorar. Uno de esos exploradores que encontró esos peligros, según Núñez, fue este capitán de la marina francesa.
Según esta historia, el capitán trato de atravesar la meseta superior o llanura buscando el tesoro. Los peligros que los exploradores, cazadores y público en general han enfrentado en esa área de la isla es la maleza. Bien se sabe, la maleza silvestre que existe en esa llanura, muchas veces crece hasta llegar a una altura por encima de un ser humano normal en estatura, imposibilitando el flujo natural y refrescante de la brisa que fluye libremente del mar, haciendo que la persona que se encuentra en medio de esa maleza, sufra de deshidratación.
Otro peligro que se combina con el primero es el ardiente sol. En la Mona se han registrado temperatura de hasta 110 grado F. Si se combina esto con la falta de brisa, puedes, fácilmente, sufrir de un desmayo y morir de deshidratación, como ha pasado en el pasado con un niño Boy Scout y un psicólogo.
Otro peligro que existe en esta llanura es la falta de orientación. Debido a que es una meseta totalmente plana, sin lomas o zonas montañosas, es fácil desorientarse si no se tiene a la mano un GPS o brújula.
Uno de los peligros más numerosos son los arboles venenosos, que producen alergias, vómitos, mareos y a veces la muerte con tan solo tocarlos. Mucha gente los desconoce y se detienen a tomar sombra debajo de uno de ellos y se encuentran con un peligro eminente.
El suelo de esta llanura es totalmente de roca caliza y cortante. Si no se tiene cuidado al caminar, se puede caer, romperse una pierna o encontrar la muerte.
Claves para esconder el Tesoro
Cabe la posibilidad que la localización de este supuesto botín o tesoro guardado por los piratas se encuentre en el centro de la isla. Hipotéticamente es posible debido a que los piratas enterraban un botín dejándose llevar por varias claves, una de esas era el enterrar el tesoro en un lugar que estuviera por encima del nivel del mar. Otra clave es esconderlo en un lugar donde fuera imposible de cambiar de panorama cuando vinieran a buscarlo. El centro de la isla tiene dos lugares que no han cambiado de geografía, ni de apariencia debido a su naturaleza y por la conservación que se le dio en un pasado.
Posibles lugares donde puede estar el tesoro
La historia sobre este capitán no dice la ruta que el tomo o si tenía en mano un mapa o ruta a tomar pero posiblemente él se dirigió a buscar el tesoro en las cuevas del centro. Debido a que Él trato de atravesar la llanura, se puede asumir que el posible botín se encontraba en algún punto del centro de la isla. Estas cuevas se encuentran en el centro de la isla pero más localizada hacia el este de la misma. Para llegar a estas cuevas existe un camino que empieza en las ruinas del antiguo y primer faro de la Mona, exactamente frente a los caminos de cemento que llevan al faro.
Bien se sabe que los piratas le encantaban esconderse y enterrar sus botines dentro de las cuevas por la seguridad que las mismas ofrecían. Con la diversidad de recamaras, la posibilidad de construir una pared falsa, la temperatura ambiente tan fresca y el acomodo para resguardarse por temporadas, las cuevas era un lugar perfecto.
Otro lugar que pudiera ser es el parque Taino mejor conocido por bajuras de los cerezos. El mismo se encuentra en el centro de la isla. Existe un camino casi abandonado en mantenimiento, que empieza desde cueva Doña Geña, atraviesa todo el centro hasta que hace un intercepción con otro camino que viene de cueva esqueleto, luego se toma ese otro camino hacia la derecha, con referencia hacia el norte y al final se llega al parque.
Los piratas, también, acostumbraban enterrar y guardar sus botines en lugares cerca donde los Tainos se reunían y marcaban el lugar. Ellos, usualmente, lo enterraban en donde existieran petroglifos para poder usarse como referencia y luego, venir a buscarlo.
Este parque Taino está abandonado por el Instituto de Cultura Puertorriqueño ya que no se le da mantenimiento arqueológico que merece, ni publicidad al público. El mismo contiene diversidad de piedras talladas y bien puestas, que bien, pudieron ser usadas como referencias por piratas para enterrar algo de valor.
La búsqueda continúa
La búsqueda de tesoros en la Mona se remonta desde 1874 cuando el mismo gobierno español de Puerto Rico mando una expedición a buscar otro posible tesoro de piratas escondido o enterrado en esa isla. Hoy día, existen personas interesadas en seguir buscando estos entierros, que sí, existen (a menos que alguien no haya venido y lo ha encontrado primero) en la Mona y están registrado, mayormente, en las cuevas de la costa.
Para los que no saben, Mona está protegida por leyes que prohíben excavar dentro de las cuevas sin la debida autorización del Gobierno (Ley 112)
http://www.icp.gobierno.pr/icp/PDF/CARQT_doc_ley112.pdf..
El detectar en las playas de la Mona no está prohibido pero se te puede restringir el usarlo si eres una amenaza en contra de la flora, fauna y lugares arqueológicos.
archi blogger
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